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Algunos incluso lucían maravillosos
Leo G Rod · Algunos incluso lucían maravillosos Despertó con el eco de que barritaban máquinas. En el estómago una sensación como de haber perdido pie ante una ausencia de piso que no era tal pero que se sentía tanto como si no hubiese ya piso ni nada. Un espanto chiquito y lento como estría de soledad que se ensancha ante Lo Otro, dicho así en general y sin reparos razonables de ningún tipo. De buenas a primeras: cualquiera otredad hoy ya estaba más lejos. Y esto lo acabó de comprobar cuando lanzó los pies fuera de la cama y se percató de que su nariz era ahora enrome de goma redonda y roja. La palpó y sonó a bocina. Nunca volvería a ponerse zapatos a medida. Ya no habría más dilaciones, el cuerpo se le había sincerado. Cosió retazos flúo a un viejo saco y se fue haciendo galopas laterales con diestras zancadas rumbo al trabajo. Ahora de solo ir yendo, se la iban viniendo nuevas lecturas para las cosas. Intuyó formas novedosas de sopesar tesituras propias y ajenas y ...
¡Salud!
Hubo una era en la que no fue posible viajar en el tiempo en base a reconstrucciones verosímiles de prótesis mentales, menos mal que después se inventó la escritura. T e tomás tus licencias y, aprovechando la configuración avanzada de tu RECREADOR VERTICAL ® , destensás el umbral de fidelidad histórica solo por repasar el aroma de las carquejas en flor. (Le das al botón de encendido.) Con los zapatos nuevos, al pie del edificio, bajo el tibio sol que te besa la frente estás vos que vas, con los pómulos turgentes. Ves en los ojos de los otros cómo se te refleja la sonrisa. De limón y miel, estás hecho un té riquísimo en otoño luminoso. Sonás a hoja seca, y no es por vos -lo tenés claro-, sino más bien porque te trae un viento que te excede. -¡Buenas tardes! -decís al franquear la puerta y saboreás el aroma a nuevo que emanan tus zapatos de estreno, presenciás -decime si no-, el olor a madera del piso. Cada paso tuyo suena a tambor y disfrutás de la gravedad no simulada y sin...
Tallado
Un carcoma escarba y tira lejos la viruta. Ese comportamiento te pone tenso. Ves trabajar al bicho, cómo lanza aserrín del tirante de madera del cielorraso hecho con tus manos. Lo atrapás con asco agradecido de la herramienta certera. Lo mirás ya no es carcoma es cupim. Y viéndolo nuevamente es avispa negra de plástico, brillante y liviana del tamaño del puño, carga algo irreconocible color blanco madera. Es ya objeto estúpido. Pero escuchás roer y el agujero te parece oreja.
Recreador vertical®
GLOSARIO PARA QUE SE OLVIDEN Recreador vertical® Dícese del dispositivo tremendo que reinventa el pasado en tiempo real. Su uso como medio de esparcimiento se ha generalizado en la actualidad. Uno de sus principales atributos comerciales es la practicidad que reviste su capacidad para ser usufructuado de pie y sin apuro. El término fue registrado por primera vez en 2025 en " ¡Salud! "
Mas
Está agazapado y n o hay manera: no frena. Un peligro persiste. ¡Qué peligro!, siempre apela. Teniendo razón, la razón nunca alcanza. Y b ajo la vergonzosa convicción de entender que no entiende: salta ridículamente feroz afuera. Salta.. y no hay caso: h iere y se hiere, no repara, d a unos pasos sin suelo corrobora que falta el baile cuando el tendón se tensa. (Hay un paréntesis .) No asusta, un poco impresiona, y no será poco decir si se puede apelar a que sin necesidad de hablar interpela. Cuando menos juega. Desde el suelo, se agazapa a descansar, se duerme de nervios, se imagina que peligrará el peligro cuando el peligro venga. Y descansa apenas, por lo menos apenas. Por un rato no dará problemas. Te suena.
Abstrusadas
#Abstrusada nº0 Ahora que el pienso es capa que cubre la planicie del tiempo la falta de referencia es tapa que cubre estos ojos perplejos. ~ #Abstrusada nº1 De cnidario pólipo a medusa De envés a en vez de... ~ #Abstrusada n°2 Una palabra depositada una palma rota un testimonio una estirada cara un fruncido ceño una fruta verde cayéndosete al suelo, pueblo. ~ #Abstrusada n°3 Al parecer ganar implica echar mano a las sobras. ~ #Abstrusada n°4 En una hubo un único mono solo, su singularidad despegada de todo se hizo perder; fuera de referencia y sin enterarse se autoegofagocitó. Más nada. ~ #Abstrusada n°5 He dejado que crezcan lo han hecho sin que yo me ocupara, han subido desparejas hay riesgo y yo no no estoy, no estaba, si las trepo descubro, caprichosa forma intrincada, que lo complican todo y estoy, siempre estuve con un no estoy, no estaba. ~ #Abstrusada n°6 Ojo cenital, bajo cal está lo que vio ve y verá. ~ #Abstrusada n°7 Ni una gota de viento ni una brisa de ...
Sin contraflor
De esa mirada de yerba y cocoa habría tanto que decir y de las gotas de sudor que caen desde su nariz. Ilustrada de bestiario, voladora en nave negra y carmesí con esos pelos chicoteando el viento öpinando por ahí. ¡Qué flor sin contraflor cómo echarle el resto a esa flor! Del tiempo de la escuela hasta ahora había tanto que sentir... toda la timidez derrumbada trae regalos para sí. Construyéndose un templo de hojas y regando su jardín, cae la noche y yo: Voy a vos. ¡Qué flor sin contraflor cómo echarle el resto a esa flor!
La certeza de los omniscientes
Me huelo el sobaco y me rasco con las manos sucias, se queja mi panza justo cuando lo veo bajarse del automóvil limpito, con apuro y sin sospechar mi presencia. Ni siquiera es necesario arrimarme a la sombra de la columna porque sé que a pesar de encontrarme desparramado en el pasto no me ve. Él no me nota. Sus pensamientos siempre están donde él no. Y esta vez no es distinto. Estiro el pescuezo para comprobar lo que ya sé: entra sonriente, tiene la billetera gorda en mano, la frente en alto, mirándolos a todos insistentemente a los ojos con sonrisa complaciente, aunque jamás se detiene a pensar en cada empleado. Su cabeza siempre está en otro lado. Me dirá que no tiene nada para darme, mejor me voy a hurgar. -Tremendo gil -pienso. Y al bajar del cachilo manoteo en el desorden del asiento de atrás mi billetera (un continente de documentos vencidos y tarjetas con poco saldo). Fui consciente de cada paso, de la textura de m...
Llevaba un bidón
Leo G Rod · Llevaba un bidón Con un bidón, aquel bidón llevaba un bidón bien lleno con bien lleno con bien lleno con agua de la cachimba para regar aquel lejano arbolito que había plantado. En los ratos de vértigo, cuando sobrevuela el carancho, con los pies tropezándose entre terrones y chircas avanza rápido. Porque en las manos corta el plástico el peso del agua, el apuro trágico que aprieta en las manos y un sudor ácido. Con un bidón, aquel bidón llevaba un bidón bien lleno con bien lleno con bien lleno con agua de la cachimba para regar aquel lejano arbolito que había plantado.
Es mero...
Estabas compuesto de esmero todo puesto allí en la argamasa sin sospechar lo obvio que despilfarrabas los odios y los amores sin guardar una chispa para atender más nada. Tenías el cuerpo resuelto a una sola tarea anonadada y tarde te enteraste de que pronto llegarían noticias no esperadas y habrías de ocuparte de cosas demasiadas. Qué habrá pasado: no pensabas los pensares corrían solos delante de tu mirada. Todo encandila cuando quema y arde cualquier cosa arde a una mente chamuscada. La luz de los pájaros se vuela más allá de la mañana. Es tarde al alba y ya no llega el pesado vaho a la moqueada. Una liviandad de monedas y melodías quebradas.
Trenza de ajos guachos
Hay una tensa estridencia en la duda: cómo ejecutar la trenza de ajos. Los que arranqué ayer y dejé en el suelo, los que no pude trenzar ni colgar. Los que no trencé y colgué. Hoy, insoporté. No pude sostenerte la ristra para que tú ensayaras tu forma de trenzarla y me arrasó una galleta rápida, hubo cometas. Me abrasó la certeza: esta mente fue un hilo de ideas que iban e iban. Tú riendo la trenzaste y colgaste. Miro tan lindamente resuelto su enredo.
Naftalina
Está cubierta de aroma a naftalina. Y tiene por ende un ramillete de vectores como ramas cada vez más pequeñas ramas que evocan colores sonidos y texturas de otras presencias de naftalinas olidas. Está cubierta de aroma a naftalina. Se desprenden precauciones de conserva y recato de prudencia y alegatos de larga vida, se le cuelan notas de recriminación y desengaño de restos de criminales años ¿cómo era que olían? Está cubierta de aroma a naftalina. Tiene la urgencia de colgar al sol del otoño, aromarse de viento seco y sacudirselo para desaromarse enseguida. Ya estará descubierta de aquel aroma y habrá otros aires pero no habrá más remedio que asentir al sentir y decir que las naftalinas olidas no se te olvidan.
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¡Salud!
2022
Abstrusada
Abstrusadas
Algunos incluso lucían maravillosos
Barriga
De las incumbencias
Es mero...
Glosario para que se olviden
La certeza de los omniscientes
La máquina de asustar
Llevaba un bidón
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metapalabra
Naftalinas
Para empezar
Recreador vertical®
Se llama Cuándo
Sin contraflor
Tallado
Trenza de ajos guachos
Una calor
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