Mas

 

Está agazapado y

no hay manera: no frena.

Un peligro persiste. 

¡Qué peligro!, siempre apela. 


Teniendo razón,

la razón nunca alcanza. 

Y bajo la vergonzosa convicción

de entender que no entiende: 

salta ridículamente feroz afuera.


Salta.. y no hay caso:

hiere y se hiere, no repara,

da unos pasos sin suelo

corrobora que falta el baile

cuando el tendón se tensa. 


(Hay un paréntesis.) 

No asusta, un poco impresiona, 

y no será poco decir

si se puede apelar

a que sin necesidad de hablar

interpela. 


Cuando menos juega.


Desde el suelo, se agazapa a descansar,

se duerme de nervios, se imagina

que peligrará el peligro cuando el peligro venga.


Y descansa apenas, por lo menos apenas. 

Por un rato no dará problemas. 

Te suena.