Tallado
Un carcoma escarba
y tira lejos la viruta.
Ese comportamiento
te pone tenso.
Ves trabajar al bicho,
cómo lanza
aserrín
del tirante de madera
del cielorraso hecho
con tus manos.
Lo atrapás con asco
agradecido de la herramienta certera.
Lo mirás
ya no es carcoma
es cupim.
Y viéndolo nuevamente
es avispa negra
de plástico, brillante y liviana
del tamaño del puño,
carga algo irreconocible
color blanco madera.
Es ya objeto estúpido.
Pero escuchás roer
y el agujero
te parece oreja.